Llena de ilusiones y esperanzas, de sueños, de imaginación, buscando por las redes un sitio donde los gatos pudieran sentirse como en casa, intentando pensar gato para encontrar espacios donde sentirse libre y espacios donde creerse protegido. Ideando huecos, rincones y guaridas mágicas, lugares donde trepar , esconderse y jugar. Cogiendo un poquitos de aquí y un poco de allá, un pedacito del norte y otro de la orilla del mar. Pensando en cómo hacer sentirse tranquilos a los compañeros humanos, entendiendo sus dudas y sus miedos, la sensación de culpabilidad cuando nos dejan un pedacito de su familia, la necesidad de sentirse comprendidos y no mirados como seres de otro planeta si se escapa una lagrima al despedirse o al reencontrarse. Compartiendo la ansiedad de esos primeros días de separación, escuchando mil preguntas a veces difícil de contestar…ha dormido bien?

Así  empezó… poniendo todo el corazón y hasta el último céntimo de los ahorros, haciendo oídos sordos a las voces que flotaban alrededor diciendo …es demasiado grande… es demasiado lujoso…un suelo de hormigón sería suficiente…porque pones madera que tiene mucho mantenimiento…..pon césped artificial…para que les pones música….y las que más me preocupaban que era…seguro que vas a poder vivir de esto? No estas invirtiendo demasiado?? La gente deja los gatos en un hotel cuando se va de vacaciones??

Así empezó….Sin Red pero con ganas de volar.